Notícies

15/03/2021

Los medios de comunicación juegan un papel fundamental para luchar contra la Explotación Infantil, representan una gran influencia para conseguir un cambio real y deben logran que la sociedad se posicione como aliada en la lucha contra esta lacra.

Apostando por una actitud proactiva de los medios de comunicación, estaremos apoyando la promoción de los derechos de la infancia y la adolescencia.

En el marco el Programa Tejiendo Redes Seguras, PROTEJERES, una estrategia integral para proteger a niños, niñas y adolescentes frente a la trata con fines de explotación sexual, FAPMI-ECPAT España y Fundación EDUCO, han publicado el DECÁLOGO “El tratamiento informativo de la trata de niñas y niños con fines de explotación sexual. Decálogo de buenas prácticas para medios de comunicación”.

En la comunicación de un caso de explotación infantil se debe realizar un ejercicio responsable de la función periodística, investigando y explicando con claridad los hechos, para aproximarse con objetividad a la investigación. Además, es muy importante que también se brinden soluciones a este tipo de situaciones, para que la población adopte un rol proactivo en su cumplimiento y fomente la colaboración de los sectores responsables.

Dar a conocer el porqué de la trata y su magnitud, las rutas por las que se accede o se sale de España, los mecanismos de control de las víctimas, los pasos a seguir cuando se da la identificación de la víctima o los recursos de ayuda y apoyo, son aspectos primordiales para que la sociedad se sensibilice, conciencie y denuncie situaciones de sospecha.

Usar imágenes para ilustrar la problemática tiene que basarse en una búsqueda consciente y responsable para no fomentar el estigma hacia la problemática y mitificarla. Se aconseja el uso de imágenes pertinentes o buscar nuevas formas gráficas para mostrar la realidad de la explotación.

Es importante remarcar también, que lenguaje se usa para visibilizar este tipo de situaciones, favoreciendo el respeto hacia las víctimas y para no ocultar, enmascarar, naturalizar o legitimar situaciones delictivas que se estén dando.

El respeto a la privacidad del menor, para evitar su identificación y su protección, es también uno de los aspectos más importantes a valorar a la hora de comunicar.

Valorar el conocimiento que tiene el comunicador e informarse para entender y explicar lo sucedido. Solicitar apoyo a fuentes especializadas (Asociaciones, instituciones…) es una buena opción para conseguir habilidades con las que abordar el tema desde un enfoque de protección de la víctima.

El comunicador debe fomentar el cambio social para no revictimizar y en lugar de focalizar en las víctimas, hacer visibles a otras personas que se lucran y participan en los hechos denunciados. Así se fomenta una buena exposición de la situación y se muestra a la sociedad quienes son los diversos implicados.

Es necesario informar con regularidad sobre el tema y no sólo cuando se produce un hecho concreto, manteniendo una actitud crítica y vigilante frente a este tipo de noticias, ya que no es un hecho aislado, sino un fenómeno continuo, una sucesión de hechos conectados.

Por otro lado, se puede apostar por un cambio de enfoque al narrar estas noticias, potenciando la resiliencia y la superación de las víctimas, creando modelos de referencia que ayuden a otras personas a salir de su situación. Difundir entidades dónde acudir, así como programas exitosos de atención a víctimas es una buena opción.

La trata con fines de explotación cuando se da con menores de edad está totalmente invisibilizada. Por eso, es necesario conocer la opinión de estos menores y sus sentimientos y contar su historia en primera persona. Es fundamental evitar y eliminar los detalles excesivos sobre la situación de violencia para combatir el morbo o el sensacionalismo que pueda provocar este tipo de noticias. De esta manera, se ofrece protección y se vela por el interés superior de los niños, niñas y adolescentes.

Puedes acceder al decálogo completo en https://www.protejeres-project.org/materiales